Mujeres Nicaraguenses en el Corazón: Una Historia de Acompañamiento - Mary's Pence

Women's Stories  |  ESPERA

Mujeres Nicaraguenses en el Corazón: Una Historia de Acompañamiento

Photograph of the group of women that comprises CEPROSI.

Read this article in English/Lea este artículo en inglés.

“En el corazón de nuestro trabajo están las mujeres”, dice Gilda Larios, la líder del equipo de ESPERA. Esta es realmente la profunda intención de lo que busca lograr la comunidad de ESPERA, con su programa de préstamos, que mejora los ingresos, la autonomía, las aptitudes de liderazgo, dignidad y bienestar de las mujeres de Centroamérica y México.

Parte integral de este enfoque holístico es el acompañamiento que se da a las mujeres, por el personal de ESPERA. Durante las visitas periódicas a cada una de las siete organizaciones asociadas, el personal facilita intercambios, promueve la participación y apoya a las mujeres para que vayan creando y logrando una visión compartida de ser exitosas. Las reuniones periódicas con el personal de Mary’s Pence, facilitan el rendir cuentas y por lo mismo, la transparencia. Esto crea una atmosfera de confianza que permite evaluar juntas el programa periódicamente, así como para tener un espacio para reflexionar y celebrar.

Cada uno de los grupos que maneja un fondo comunitario de ESPERA es único y tiene su dinámica propia. Uno de los aspectos que presenta un fuerte desafío en el acompañamiento que Gilda ofrece es dar el apoyo en el momento de las transiciones o cambios organizacionales. Gilda tiene una amable perseverancia que le permite hacer bien este trabajo.

Esta es la historia que relata como Gilda acompañó al grupo Red de Mujeres de Nicarahuatl (La Red, en náhuatl que significa Tierra de lagos y volcanes ) durante una exitosa transición del fondo ESPERA, a un grupo más activo y fuerte: CEPROSI.

Una Red de Mujeres Nicaraguenses

En 2003, Mary’s Pence trabajaba en Nicaragua con una variedad de mujeres que recibían donativos. Estas animosas mujeres decidieron reunirse y formar una red de grupos de mujeres, a la cual nombraron Red de Mujeres de Nicarahuatl. En sus inicios, La Red se conformó con cuatro grupos de mujeres que trabajaban en sus comunidades, para fortalecer sus propias iniciativas económicas, de tal forma que ellas pudieran lograr independencia y liderazgo.

En 2005, La Red llegó a tener 12 grupos. Cada año llevaron a cabo asambleas para compartir sus experiencias de trabajo y sus aprendizajes. Cada grupo continuó recibiendo donativos de Mary’s Pence.

Incrementar la apropiación local

En el 2008, Mary’s Pence inició el programa ESPERA, celebrando alianzas con organizaciones de mujeres de base, tanto en Centroamérica como en México, con el fin de iniciar fondos comunitarios, que fueran propiedad de las mujeres de la localidad. Con la intención de continuar en la dirección que se propuso cuando se inició La Red, (incrementar el liderazgo, apoyar la autonomía económica de las mujeres y la apropiación local de los fondos), La Red se convirtió en una de las primeras asociadas de ESPERA. El primer año recibieron fondos a través del programa de donativos de Mary’s Pence, al mismo tiempo que recibieron los fondos iniciales para su fondo comunitario del programa ESPERA.

El objetivo era que el grupo lograra hacer la transición de donativos a préstamos, para así hacer crecer su independencia, apoyadas por el acompañamiento del personal de Mary’s Pence. Este proceso de transición resultó difícil para algunas de las mujeres, quienes, al igual que la mayoría de las mujeres, nunca habían vivido la experiencia de tener que regresar el dinero que habían recibido del fondo comunitario.

Aprendizajes sobre el Liderazgo

Tres mujeres fueron elegidas para formar el primer equipo de liderazgo ESPERA. Durante el proceso mediante el cual La Red aprendía la circulación del dinero, se descubrió en una asamblea, que una de las líderes se había hecho un auto préstamo sin la autorización del grupo. Gilda y las mujeres analizaron la situación y decidieron el camino para que el liderazgo se transfiriera a otra persona. Igualmente elaboraron un calendario de pagos que debería cumplir la compañera que había fallado.

En el 2010, otra líder tomó, sin pedir la aprobación del grupo, un préstamo del fondo. Teniendo en mente la experiencia anterior, cuando un miembro del grupo descubrió el problema, ella tuvo el valor y la habilidad para ponerse de pié y defender los derechos del grupo. Actualmente las dos mujeres se están esforzando para lograr pagar los préstamos que se hicieron.

Fue a través de estos problemas inesperados por parte de las líderes, que Mary’s Pence aprendió una valiosa lección: las preocupaciones y apuros económicos que sufren la mayoría de estas mujeres, hace difícil para ellas el dedicar parte de su tiempo como líderes voluntarias en el trabajo con ESPERA.

La mayoría de las mujeres que conforman estos grupos, trabajan en una variedad de actividades para ganar lo que su familia necesita. Por lo tanto, pedirles que donen un tiempo, que normalmente ellas dedican a diversas actividades que les dan pequeñas entradas, les crea una situación dificultosa, muy cuesta arriba. Actualmente, Mary’s Pence da una ayuda económica, en varias localidades, a quienes asumen la función de líderes en la coordinación del fondo comunitario. Esta experiencia y la decisión tomada han fortalecido el programa ESPERA.

Un camino hacia la Estabilidad y el Éxito

Con el paso del tiempo, algunas de las organizaciones miembros de La Red hicieron cambios en su misión, también hubo falta de compromiso con el enfoque económico de La Red y problemas de comunicación entre algunas de las mujeres. Por otra parte, algunas mujeres vivieron como fuente de tensión, el tener que viajar largas distancias, para participar en las reuniones. Cuando en algunos grupos el compromiso se debilitó, Gilda apoyó a La Red a través de un proceso de discernimiento que permitió que la voz de cada una fuera escuchada. Al final del proceso, varios de los grupos, por mutuo acuerdo, decidieron terminar su pertenencia a La Red. Aun cuando este proceso fue difícil y con cargas emocionales, el respeto a la experiencia de cada mujer, logró que al momento de partir, cada una se fuera sintiéndose contenta.

Este proceso dejó claro que La Red estaba teniendo dificultades para mantener su membresía; por otra parte en La Red había una organización que mostraba un mayor compromiso para hacer circular el fondo comunitario de ESPERA: CEPROSI. Casi al mismo tiempo La Red empezó a tener problemas con el banco local.

En Nicaragua, lograr el estatuto legal como organización, es muy complejo y costoso. Debido a esto La Red no era una organización formal. Por lo mismo no tenía en el banco una cuenta bancaria como asociación. Lo que se hacía era lo siguiente: las mujeres que habían solicitado préstamo del fondo comunitario, cada mes hacían sus pagos en la cuenta personal de una de las líderes. El banco que anteriormente había aceptado este mecanismo, decidió que ya no lo haría.

Como CEPROSI si tenía estatuto legal, se decidió utilizar su cuenta bancaria en lugar de las individuales. El hecho de llevar a cabo esta transición con los fondos, abrió la oportunidad de discutir la sustentabilidad de La Red y el compromiso de CEPROSI.

Durante un año y medio, Gilda participó en numerosas reuniones con las líderes de la Red y las de CEPROSI. A través de este largo proceso apareció finalmente con claridad la conclusión final: las mujeres de CEPROSI si tenían la energía para llevar a cabo este trabajo y un fuerte interés en iniciativas económicas. En marzo de 2016 el grupo acordó suspender La Red y llevar a cabo la transferencia de los fondos a CEPROSI. En Julio del mismo año, el dinero de los fondos comunitarios pasó oficialmente a CEPROSI y por lo mismo, esta organización se convirtió en asociada de ESPERA en Nicaragua.

La Fortaleza de CEPROSI

CEPROSI trabaja con 68 mujeres que constituyen 8 grupos del Programa ESPERA. Las iniciativas económicas de las mujeres incluyen: crianza de animales como gallinas y pelibuey, pequeñas tiendas, artesanías con el olote del maíz, haciendo figuras decorativas, enlatando vegetales, venta de medicinas y champús, ropa, verduras, comprando y procesando el tamarindo, cacahuates; también venta de pasteles hechos en casa y piñatas.

En febrero de 2017, Gilda asistió al primer encuentro formal de CEPROSI con todas las participantes del Programa ESPERA, para ponerlas al día sobre su apropiación de los fondos. En este encuentro Gilda las apoyó en su búsqueda sobre cuál sería la estructura más apropiada para sus líderes. Cada uno de los 8 grupos tendrá una representante en el equipo de liderazgo, que tiene cuatro mujeres. En abril de este mismo año, se llevó a cabo un encuentro de estas 12 mujeres para elaborar un bosquejo sobre cómo se va a dirigir el programa ESPERA.

Gilda participará en una reunión de seguimiento en julio, con las líderes. Previa a esta reunión, los 8 grupos serán visitados por las líderes recién elegidas. Auxiliadora, que antes fue la administradora y coordinadora de La Red, en adelante apoyará a CEPROSI con su contabilidad. Mary’s Pence continuará dando su apoyo financiero y de acompañamiento a CEPROSI.

Mary’s Pence proporciona un apoyo que consideramos valioso, a través de una actitud flexible, capacidad de respuesta y orientación que sustenta. Al poner a las mujeres en el centro de su trabajo, facilita el empoderamiento a las participantes y socias de ESPERA.

Sign up for eNews

Subscribe

Donate

Make a donation today to fund women and change lives.

DONATE